Hay muchas maneras de redactar una rutinaria crónica el año. En lo que toca a este bitacorista 2008 marca el año en que la seudo Revolución Bolivariana se ha demostrado sin lugar a dudas ser sólo una senda para la ambición personal de Chávez de guardar el poder para siempre. O, en otras palabras, 2008 se recordará como el año en que se hizo imposible ignorar el carácter no democrático de Chávez y sus seguidores.
De una forma perversa eso es bueno, ya que ahora tenemos un panorama más claro de la situación. Ahora será muy difícil para cualquier defensor del chavismo atreverse apoyar esta comparsa.
Un simple resumen será suficiente para refrescar la memoria de cualquiera y para sustentar mi aseveración.
En diciembre de 2007 Chávez perdió su primera votación cuando trató de modificar la Constitución con el fin de acumular más poder para sí mismo. Un verdadero demócrata siempre se puede valorar en la derrota. Chávez fue un mal perdedor. Si en la primera noche aceptó a regañadientes la derrota (tras un retraso considerable) un par de días después él mostró su amargura en medio de sus generales, mientras que el paisaje de Caracas era salpicado con carteles advirtiéndonos que la causa no había sido abandonada.
La primera señal de lo que iba a venir fue cuando el ente electoral, CNE, falló al no publicar los resultados definitivos del referéndum. En esta fecha aún no sabemos exactamente el margen de victoria del NO. ¿En qué país democrático se puede observar tal desprecio a la población al no comunicar el resultado de una elección supuestamente libre y justa? Por lo tanto, el árbitro político de Venezuela fue el segundo en exponer al desnudo su parcialidad.
Durante 2008 una serie de decretos leyes establecieron muchas de las disposiciones que fueron rechazadas en 2007. La tesis aquí no es si estos trapicheos pudiesen haber sido aplicados a través de leyes sin un previo cambio constitucional. El hecho es que Chávez intentó conseguirlos a través de un cambio constitucional, el pueblo dijo NO y de todos modos Chávez siguió adelante.
A finales de 2008 Chávez trató de convertir lo que debería haber sido elecciones regionales en un plebiscito sobre sí mismo. Nunca como para estas elecciones la maquinaria del estado fue utilizada en la medida en que se utilizó para favorecer a una parcialidad, el lado de Chávez. Nunca un lenguaje presidencial fue tan soez como el utilizado por Chávez durante esta campaña en donde los adversarios políticos fueron tildados de traidores y cosas peores. Sin embargo los detalles de la elección, del mal gusto que hayan sido, no son lo importante, ni lo son los resultados finales: el momento estelar fue cuando el chavismo se negó a entregar los pocos lugares ganados por la oposición o los entrego después de saqueados y convertidos en nada antes de permitir que los nuevos funcionarios elegidos se encarguen. Así se les notificó a los funcionarios de la oposición que no se les otorgarían los medios de ejercer el cargo para el cual el pueblo los eligió.
Para coronar este año ya tan significativo, Chávez a las pocas horas comenzó una nueva campaña electoral en la que se dejó de la pretensión a los nobles objetivos de los cuales trató de hacernos creer lo guiaban: una única enmienda a la constitución para permitir su reelección. En pocas palabras, Chávez está chantajeando al país con el mas reaccionario de los argumentos de que si no se le permite postular al cargo de nuevo, que si debe dejar la silla de una u otra manera, el país caerá en el caos. La implicación aquí no es que a Chávez se le debe permitir concurrir de nuevo a elecciones, la implicación es que no sólo debe ser autorizado para ello, sino que está autorizado a utilizar cualquier medio para asegurar forzosamente su reelección. No nos equivoquemos: el próximo referéndum es también un referéndum sobre el estilo de campaña de Chávez, sobre los abusos materiales que comete, sobre la forma en que tuerce la ley al eliminar cualquier oponente que podría convertirse en una amenaza para su poder. Los que van a votar SÍ en el referéndum de febrero 2009 también votarán para permitir que un hombre utilice tácticas tales que nunca se vea amenazado por las urnas electorales. Vimos dichas tácticas en 2008, estas incluyen desde la publicación incompleta de resultados electorales hasta las restricciones de los derechos civiles a quien le incomoda.
Esos son los únicos recuerdos que valen la pena para el acontecer del 2008 en Venezuela. Todo lo demás son meros detalles que distraen.