Sería una excelente terapia para muchos venezolanos venir a pasar el 12 de octubre en Madrid, curando un poco ese síndrome de “resistencia indígena “que perturba el sueño y las fantasías de los chavistas, o permitiendo a los escuálidos sentir un poco mas de orgullo por nuestra cultura, pero un orgullo digamos algo más positivo.
Un 12 de octubre en Caracas es ahora un día anónimo. Algún discurso de mal gusto pro indígena tal vez nos acompañe en alguna cadena. Ya no hay mucha emoción que esperara desde que fue derribada la estatua de Colon. Seguramente lo indígenas de Venezuela ya no se emocionan mucho al ver que después de 11 años están nada mejoro excepto para los que lograron arrimarse a la candela. En cuanto a los escuálidos, si ya el día de la raza era un mero puente, el de la resistencia indígena a lo mas causa sorna.
Primero deberíamos definir tal vez lo que significa “resistencia indígena” por que en cuanto a mi me consta la conquista de América fue un asunto de españoles agresivos y codiciosos creando alianzas temporales con indígenas deseosos de traicionar a sus reyes. Los nativos que se salvaron de esa se la vieron negras de todas maneras con la viruela, el arma secreta de Europa, de la cual nuestro bienamado micomadantepresidente hace poca referencia.
Tuve la (¿mala?) suerte de estar estancado en Barajas por 8 horas un 12 de octubre y agarre mi metro (pulcro y organizado) para ir al Paseo de La Castellana a ver el desfile. Llegue al final cuando la mayor atracción del día, la caballeriza pasaba. ¡Algo esalgo! Y sin embargo fue aleccionador. Primero había sudacas por doquier. Sudacas cholitas lejos de su tradición. Sudacas caribeñas de porte altano. Sudacas ecuatorianos cansados de tanto trabajar. Sudacas colombianos de tez clara. Y todos paseando en la Castellana, disfrutando del desfile en un precioso día de otoño. ¡Ah sí! Y muchos, muchos españoles con su bandera, nadie arreado en autobús, que yo sepa.
Lo mejor fue cuando todos esos militares, montados en sus lujosos pulman, salían de sus sitios de reubicación. Al pasar por El Paseo saludaban a la gente que les respondía a veces con un ¡Viva España! De seguro sincerado desde el mundial de futbol hace pocos meses.
Si bien me sentí mas lejos de Caracas que me había sentido en muchos años también me sentí más cerca de mi “hispanidad” que en mucho tiempo. Año fausto para los que saben ver. Empezando por el mundial de futbol que nos dejo bien parado y que termino en manos de España. Pero también el Nobel a Vargas Llosa que no puede dejar de llenar de júbilo a quien ame a nuestras letras.
Que tan lejos de todo esto esta micomandantepresidente! El necesita venir a Madrid un 12 de octubre, incognito, ver como todos nos mezclamos, ex conquistadores y ex conquistados, unidos por una cultura tal vez impuesta pero ahora brillante y nuestra. Es triste darse cuenta lo patético y atrasado que nos hemos vuelto en Venezuela, peleando batallas ya decididas, retornando a un pasado que nunca fue en vez de abrazar un futuro que podría ser nuestro si fuésemos menos superficiales, menos tírame-algo.