Entre las diferentes categorías de los que participan en la creación de regímenes totalitarios hay los vividores, y usted claramente pertenece a estos.
Si, es verdad, usted ha ofrecido muchas de las leyes que han cuartado la libertad en Venezuela, pero usted no ha sido muy original en ello, usted se limitó solamente a darles un barniz legal. Eso si, con toda la vileza que sea posible insinuar. Pocos se han arrastrado tanto para ser aceptados por la cúpula del régimen. Y todavía, con todo lo que usted a hecho para ganar favores, a penas lo dejan sentarse en la Asamblea Nacional.
Pero eso no le importa mucho a usted porque al fin y al cabo lo que le importa al acomplejado que usted es, es el roce con el poder, la gloria, y la prepotencia impune. No mas tenemos que oír de su viaje reciente a Washington donde usted se rehusó a quitarse los zapatos en en la seguridad del aeropuerto. Lo hacemos todos, TODOS, incluyendo los diputados del Congreso Norteamericano, cuando viajamos en los EE.UU. Pero usted no lo quiso hacer porque usted es un malcriado, acostumbrado a nuestro aeropuerto nacional donde hay una rampa especial para los cubanos y la gente de su calaña que ni enseñan el pasaporte, ni se les registra el equipaje. Menos lo harán con sus zapatos.
Es por eso que usted colabora activamente con la dictadura, por vividor, para tener privilegios, para poder insultar a quien quiera impunemente, dentro y fuera del país. Usted tiene su puesto bien merecido en esta lista por grosero y abusador, como ejemplar de nota de la basura que nos gobierna, de la basura que quiere nos volvamos.