No sé ustedes, pero nunca me he sentido estar viviendo en una colonia cubana tanto como me siento esta semana. No sólo ahora nuestras órdenes vienen directamente de Cuba, donde Chávez prefiere recibir un tratamiento que podría perfectamente recibir en casa, y que, probablemente, seria de mejor calidad, pero sus últimas decisiones nos dejan con el tufillo rancio del colonialismo.
En primer lugar, que prefiera recibir el tratamiento en Cuba. Las fotos de él al llegar a la Habana eran de un muy sonriente, muy erguido Chávez, no de alguien adolorido a punto de recibir tratamiento médico "de emergencia" en escasas horas. Yo, por mi parte, no podría importarme menos lo que aqueja a Chávez, ni tampoco le negaría recibir tratamiento médico de emergencia en cualquier parte del mundo. Sin embargo, yo tampoco me creo por un segundo lo de "la emergencia". Para mí, ese sainete se parece a uno que otro presidente africano que vuela a Europa, incluso para un tratamiento dental. A París, preferiblemente.
En segundo lugar, la Constitución de 1999, escrita por Chávez más que por otro, cuenta con disposiciones muy concretas para hacer frente a las ausencias temporales del presidente. Si es que existe una ausencia temporal justificada esa es la "emergencia médica" en Cuba. Eso es por lo que se creó la figura del vice presidente "designado", una especie de primer ministro fácilmente apartado, que de forma automática se encarga de los negocios de estado cuando el presidente está impedido por la razón que sea. De hecho, esa figura ya se había utilizado una vez en abril de 2002 ¿Se acuerdan? ......... En Elías Jaua Chávez tiene uno de sus más fieles seguidores, alguien a quien pueda confiar su silla por el tiempo que sea necesario, a sabiendas de que Elías no hará nada para amenazar su poder. Pero no, Chávez optó por asegurarse de que la gente sepa que las decisiones se toman en Cuba, aunque sean de dudosa legalidad si se toman fuera de la república. No se puede calificar eso de idiotez o perversión, eso es pura arrogancia de Chávez que no puede concebir la idea de compartir algo, aunque sea por unos días. Al igual que los terratenientes coloniales antiguos pensaban que las plantaciones podrían ser manejadas igual de bien desde Londres que a nivel local.
En tercer lugar, nombra a su hermano menor como el nuevo zar de la electricidad. Los méritos que pueda tener Argenis Chávez no vienen al punto. El asunto es que estando fuera del país, en tiempo de crisis de un sector donde se necesitan inversiones importantes, y con urgencia si quiere ser reelegido en 2102, Chávez sólo puede confiar en un hermano que ya ha sido ampliamente señalado por corrupción y arrogancia nepótica en el terruño natal. Así, como los antiguos Virreyes españoles viajaban a América con su familia y amigos para ocupar los puestos clave alrededor de su nuevo cargo.
Se los digo, definitivamente somos una colonia cubana con Chávez como el virrey. Si tenían alguna duda al respecto, esta semana tuvo que aclararse.