Reforzando los controles coloniales sobre Venezuela

Cuba está muy preocupada por su avanzada colonial en América del Sur. Las cosas no van bien allí. El Virrey se enfermo justo cuando la colonia está teniendo serias dificultades en mandar los debidos cheques mensuales a la metrópoli imperial, La Habana. Así, había que tomar medidas antes de los indígenas se vuelven aun más inquietos de lo que ya son.

En primer lugar, el virrey tiene que ser estrictamente manejado. Sus dolencias no se pueden dar a conocer a todos y cada uno. Sus viajes de salud tendrán que ser en La Habana donde es más fácil ocultar los efectos secundarios de la quimioterapia. El problema es que los amos no han encontrado aún a alguien de confianza para que lo sustituya, o con la habilidad política suficiente para asegurarse de que los regalos sigan llegando, y para asegurarse de que los nativos sigan creyendo que todavía son una nación independiente.

Por lo tanto como una segunda medida Cuba pretenderá que el Virrey todavía está mandando, mientras que un equipo de radicales permanece en Caracas para gestionar el día a día. Puesto que todo está dicho en la jerga orwelliana, por radical que debemos entender ultraconservador ya que el equipo incluye el hermano del virrey a la cabeza del grupo que quiere mantener sin cambios la relación entre Cuba y Venezuela, las personas que NO pueden tolerar que Venezuela se convierta en una nación independiente.

En tercer lugar hay una necesidad de reforzar el control sobre los indígenas. Estos se encuentran bajo la extraña impresión de que siguen siendo un protectorado y no una colonia por completo. Bajo los sistemas de protectorado los amos todavía asocian hasta un cierto punto en la administración local un numero de nativos, entendiéndose que la Independencia es sólo "temporalmente suspendida". Esto podría haber sido cierto en Venezuela hasta hace unos años pero desde el año 2007, a mas tardar, Venezuela es una colonia, desde ese año donde una minoría se sintió habilitada para imponer su voluntad sobre la mayoría. El desafortunado efecto secundario de esta confusión es que todavía hay formas de transmitir noticias y opiniones, aunque se autocensuren en gran medida; y hay elecciones, incluso si los resultados son cada vez más manipulados. Así, las nuevas medidas para poner en la cárcel a quien dice la verdad y a quien saca buenos puntos en las encuestas de opinión, amenazando al sistema colonial cubano.